Sucedió un día que, estando en el andén esperando el tren, vi entre la muchedumbre una mujer de onírica belleza. Quise acercarme a ella, pero cuando me vio echó a correr, mezlcándose entre la multitud, y subiéndose a otro tren.
Sin pensarlo la seguí. No me importaba a dónde me llevara, tenía que alcanzarla. Corrí tras ella hasta el último vagón, y al mirarla a los ojos vi mi muerte, la cual sucedería en ese tren.
Entonces dijo:
-Me deseas, pero ahora que me conoces, ¿querrías elegir tenerme?
Ya no podía. Era mi Destino.
"Doing the unstuck"
Hace 10 años